Según informó la Agencia de Noticias AhlulBayt (ABNA), la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó el viernes, con una abrumadora mayoría de 145 votos a favor, 5 en contra (Israel, Estados Unidos, Paraguay, Nauru y Palau) y varias abstenciones, incluyendo la de Argentina, permitir de manera excepcional que la delegación palestina participe por videoconferencia en su octogésima sesión, que comenzará la próxima semana. Esta decisión se tomó un día después de que Estados Unidos vetara una resolución del Consejo de Seguridad que pedía un alto el fuego inmediato en Gaza, la liberación de los rehenes israelíes por parte de Hamás y la entrada sin restricciones de ayuda humanitaria.
La medida de la Asamblea General fue una respuesta directa a la decisión de Estados Unidos de denegar visas a las autoridades de la Autoridad Palestina, una acción considerada como una violación de los acuerdos de hospedaje entre Estados Unidos y la ONU. Morgan Ortagus, consejera de la Misión de Estados Unidos ante la ONU (USUN), justificó esta medida alegando que "la Autoridad Palestina apoya el terrorismo" y afirmó: "Pagan compensaciones a las familias de terroristas y promueven la violencia en sus escuelas". En respuesta, Riyad Mansour, embajador palestino, calificó esta decisión como "un abuso de poder y un castigo injusto" contra Palestina, agradeciendo el apoyo de los 145 países: "Tenemos derecho a estar junto a ustedes y expresar nuestras posturas de manera pacífica y legal".
La resolución vetada, presentada por 10 miembros no permanentes del Consejo de Seguridad (incluidos Argelia, Pakistán y Panamá), contó con el respaldo de China, Rusia, Francia y Reino Unido, pero fue bloqueada por el veto de Estados Unidos. Ortagus declaró antes de la votación: "Esta resolución no condena a Hamás ni reconoce el derecho de Israel a defenderse. Hamás es responsable de iniciar y prolongar esta guerra, que podría terminar si libera a los rehenes y depone las armas". Este es el sexto veto de Estados Unidos a resoluciones de alto el fuego en Gaza desde el inicio del conflicto, algunos de ellos durante el gobierno de Joe Biden. Según las autoridades locales, el número de víctimas palestinas supera las 65,000, y el bloqueo de la ayuda humanitaria ha agravado la crisis de hambruna.
Paralelamente, Brasil emitió el jueves un comunicado oficial exigiendo a Israel que se abstenga de cualquier "acción ilegal o violenta" contra la Flotilla Sumud, que navega por el Mediterráneo con destino a Gaza para llevar ayuda humanitaria. Este pronunciamiento se sumó al de otros 15 países, incluidos Sudáfrica, Indonesia, España, México y Turquía, que previamente expresaron su preocupación por las amenazas de Israel contra la flotilla. Israel ha calificado a la Flotilla Sumud como "terrorista" y ha amenazado con atacar sus barcos, especialmente tras los sospechosos ataques con drones a dos embarcaciones en Túnez. La flotilla, que incluye ciudadanos como parlamentarios brasileños, se encuentra ahora en Malta para reagruparse antes de dirigirse a Gaza.
El comunicado conjunto de estos 16 países subraya la necesidad de respetar el derecho internacional y pide a Israel garantizar la seguridad de esta misión humanitaria. La Federación Nacional de Trabajadores Petroleros de Brasil describió este apoyo como "un gran paso para la solidaridad global con Palestina" y advirtió: "Cualquier ataque a la Flotilla Sumud sería una clara violación del derecho internacional y un crimen contra la humanidad". Este respaldo surge en un contexto de crecientes presiones populares y diplomáticas para levantar el bloqueo de Gaza y poner fin al conflicto.
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